La Primera Guerra Mundial
03.08.2012 18:27
En el verano de 1914 dió principio en lo que en su tiempo se llamó "Gran Guerra", y que ahora identificamos como Primera Guerra Mundial.
En represalia por el asesinato del heredero al trono de Austria-Hungría Franz Ferdinand (Francisco Fernando) a manos de un servio.
Ésta nación declaró la guerra a Servia, país valcánico ya independiente, al que se atribuyó haber Incitado el crimen. Los pactos y alianzas celebrados entre las diferentes potencias desencadenaron al poco tiempo su Ingreso en la contienda. Rusia entró en apoyo de los servios; Alemania, a su vez, hizo efectivo su compromiso con Austria. Francia, aliada de Rusia, tuvo que defenderse del ataque alemán, que se desarrolló con la invasión de Bélgica. Inglaterra, Italia y Japón, por su parte, declararon la guerra a los imperios cen-tralesr es decir, a Alemania y Austria. Aliadas de estas potencias fueron Bulgaria y Turquía.
Salvo por la participación japonesa, la guerra fue netamente europea. Japón se dedicó a combatir a los alemanes en las posesiones que éstos tenían en territorios asiáticos.
Originalmente pareció que la guerra duraría poco tiempo. Según el plan alemán bastaría con sorprender a los franceses mediante la invasión a Bélgica y la consiguiente marcha sobre Párís. Sin embargo, la victoria francesa Bn la batalla del Mame hizo fracasar el plan táctico alemán y el conflicto pasó a ser una guerra de desgaste.
Por esta causa, los gobiernos se vieron obligados a intervenir muy directamente en la economía, con base en la racionalización de alimentos, planificación de la producción, tanto agropecuaria como Industrial, y control de las operaciones financieras. En este renglón se advirtió el carácter moderno de la guerra. Ahora no sólo se combatía en los frentes militares a la manera tradicional, sino que también la infraestructura de cada país resultaba determinante para poder sostener a las tropas en el frente. Aquellas naciones que disponían de una importante industria pesada estaban en condiciones propicias para reponerse de las pérdidas sufridas en los combates.
Llegado el año 1916, aún no se decidía la suerte de la guerra. Los Estados Unidos, y los demás países americanos se habían abstenido de participar en la conflagración. No obstante, el hundimiento de un buque de pasajeros en el que perdieron la vida muchos norteamericanos, propició un violento cambio de notas entre el gobierno del presidente Wilson y la cancillería alemana.
En 1917 ocurrieron dos hechos fundamentales: la declaración de guerra de los Estados Unidos a los imperios centrales y el retiro de Rusia de la contienda. Esto último se debió, por una parte, al desgaste sufrido por los ejércitos zaristas en sus frentes de guerra y, por otra, y de manera decisiva, a la revolución que, encabezada por Lenin, había triunfado en Rusia, a fines de 1917. De este modo, a principios de 1918, Rusia firmó el tratado de Brest-Litovsk con los imperios centrales, mediante el cual se retiraba de la guerra en condiciones poco favorables.
La participación de los Estados Unidos dio al conflicto un nuevo giro no sólo militar, sino principalmente político e ideológico, mediante la propaganda para identificar la guerra con una lucha entre naciones democráticas y liberales contra imperios autocráticos. A pesar de que en ambos bandos había naciones colonialistas, la propaganda liberal cundió en Austria y Alemania, donde movimientos internos, de índole política, determinaron al fin la suerte de la guerra.
A la muerte de Francisco Fernando de Austria, su heredero buscó la paz, presionado por la fuerza liberal de su pueblo. En Alemania los movimientos socialistas y sindicalistas debilitaron al gobierno por una serie de huelgas, que obligaron a abdicar al Kaiser. El triunfo sobre los imperios centrales se cifró más en los acontecimientos políticos internos, ya que, al llegar la paz, Alemania ocupaba territorios franceses, en tanto que a ella ninguna nación había podido invadirla.
El presidente Wilson, de los Estados Unidos, se convirtió entonces en la primera figura de la política mundial. Las negociaciones de paz hubieron de celebrarse de acuerdo con lo enunciado en los "catorce puntos" propuestos por este mandatario. Entre tales puntos figuraba la iniciativa de constituir una sociedad de naciones; restituir territorios a los países ocupados; respetar la soberanía de las distintas nacionalidades de los Balcanes e indemnizar a las partes afectadas.